miércoles, 3 de octubre de 2007

Porque no sólo de pan vive el hombre

El ejercicio es bastante simple. Basta con caminar por los pasillos de nuestra Universidad en tiempos previos a vacaciones de verano o de invierno y no podrá pasar desapercibido. La cantidad de afiches invitándonos a participar en Trabajos Voluntarios y/o Misiones crece año tras año, día tras día, estableciéndose casi como una moda del voluntariado. Y no son pocas las instancias: Servidores para Chile, Proyecta UC, La Obra, Jóvenes sin Frontera, Calcuta UC, Un Techo para Chile, son sólo algunos nombres de los muchos trabajos voluntarios organizados desde nuestra Universidad de cara a la realidad social de nuestro país. Muchas veces, sobretodo antes de iniciar una experiencia de este tipo, me he preguntado ¿para qué realizar voluntariado sabiendo que de ninguna forma podré acabar totalmente con la pobreza?¿Será realmente necesario asistir a trabajos voluntarios, sacrificando mis vacaciones y una serie de comodidades que el descanso trae consigo? ¿son estos trabajos voluntarios una solución parche a la urgente realidad de desigualdad que vive hoy nuestro país?


Afortunadamente, ya de vuelta en mi hogar, y sólo después de haber vivenciado una experiencia de este tipo, es que logro encontrar respuesta a los miedos e interrogantes realizados con anterioridad y que verdaderamente me hacen lograr comprender a cabalidad el objetivo profundo y final de realizar Trabajos Voluntarios. La actitud humana frente a la pobreza no puede remitirse tan sólo a estructuras políticas- sociales a nivel macro, está más que demostrado que ningún tipo de modelo social aplicado ha sido capaz de acabar efectivamente con este flagelo. De acuerdo a esto, entonces, no podemos adquirir una actitud de simple pasividad o de crítica ácida hacia el actual sistema, pensando siempre en las grandes estructuras, pero no haciendo nada concreto al respecto, al tiempo que la desigualdad sigue azotando nuestra realidad cotidiana. Es por esto que surge, como exigencia ética, aprovechar el amplio campo que el contexto social nos deja (a veces sin advertirlo) para realizar la caridad a nivel interpersonal, y desde ésta llegar a una auténtica justicia social.

Cabe en este momento hacer dos diferenciaciones que son imprescindibles: Caridad y Asistencialismo, no son, en ningún, caso idénticas. Trabajos Voluntarios y beneficiencia, por tanto, no significan necesariamente lo mismo. La diferencia esencial radica en que la caridad trasciende al mero asistencialismo por el amor , caridad que no se limita a la ayuda material, sino que también incluye la espiritual. Por lo tanto, si remitimos la caridad a un plano puramente material estaríamos cayendo en un asistencialismo sin sentido, asistencialismo vacío que no logra superar el ámbito material del asunto. Es más, si atenemos todas nuestras actitudes y conclusiones a un plano puramente material -como muchos acostumbran a hacerlo- significa degradar la naturaleza misma del hombre, naturaleza en la cual reside la dignidad humana en su sentido más profundo. Realizar Trabajos Voluntarios es mucho más entonces: es entablar un lazo humano, espiritual y trascendente, otorgándole verdadera importancia al amor que se pone en el trabajo que realizamos y no tanto así en el resultado material final al que muchos le llaman solución parche.


Este verano tuve la gran oportunidad de asistir con Servidores para Chile, a una remota aldea del sur de Chile, en la décima región. El trabajo material final realizado –llámese mediagua, arreglo de plaza, reparación de una casa, etc.-no se agota en sí mismo; sólo entonces se logra concebir el verdadero fin de realizar Trabajos Voluntarios, buscando la trascendencia del hombre en el otro, enriqueciendo de esta forma, el lazo humano, la relación interpersonal que , en definitiva, se establecen como verdaderos agentes participantes en la dignificación del hombre.

José Manuel Castro T. - II Historia

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